A José Manuel Cuéllar

CARTA ABIERTA A JOSÉ MANUEL CUÉLLAR

Primero que todo permítame saludarlo. Me dirijo a Ud. en atención al artículo escrito por su persona  en la página web del diario español  ABC. Luego de leer sus palabras escribí un comentario acerca del mismo en la sección que se habilita para eso; sin embargo, quise extenderme un poco más por considerar que la situación lo amerita.

Verá, es que después de comentar, ejerciendo mi derecho a la libre expresión –así como Ud. lo hizo- creí que sería suficiente. El problema es que siento que aún me faltan puntos por aclarar, por eso aprovecho mi blog para hacerlo.

Debo empezar de la misma forma que escribí en la página mencionada, dándole las gracias ¿un poco sorprendente, verdad? Pero es que cada vez que leo una opinión como la suya creo que los pasteleros (así le decimos en Venezuela a quienes van por equipos de otros países) se sentirán tan ofendidos como yo cuando lo lean y por fin comprenderán que no deben irle a ninguna otra selección que no sea la nuestra, LA VINOTINTO.

Pasando a otro aspecto, creo que lo más ofensivo que colocó en su escrito fue la referencia tan burda que hizo de la política y el deporte.  En este punto permítame presentarle a Hugo Chávez (porque creo que no lo conoce) él es un hombre con muy poca educación, falta de respeto por naturaleza y hablador por convicción; a él le gusta llenarse la boca con palabras grandes, mucho más grandes que él de hecho, y esto (lamentablemente) nos pone en serios aprietos como nación. Quiero disculparme por la verborrea soltada por mi presidente, porque habló de más y eso al final fue cuchillo para nuestra propia garganta.

Sin embargo, quiero que entienda que es muy malo generalizar y asumir que las opiniones de nuestro Jefe de Estado son compartidas por todos los venezolanos, ya que si esto fuera cierto no existiría oposición en mi país. Créame cuando le digo que hay gente adversa a las ideas de Hugo Chávez, hay quienes sentimos vergüenza ante el mundo cada vez que suelta uno de sus muy famosos discursos de odio.

Pero basta de política, a Ud. le sirve sólo con saber que aunque él sea el presidente, no habla por todos nosotros. Y para que vea lo feo que es generalizar le pongo un ejemplo: Yo no puedo decir que “Todos los periodistas deportivos españoles carecen de ética y profesionalismo” pues estoy segura que Ud. es tan sólo un mal ejemplo, al igual que Chávez es un mal ejemplo de presidente. Aquí disculpe por volver a mezclar a la política, pero es que como le gusta tanto comparar pensé que yo también tenía permiso de hacerlo.

Soy perfectamente capaz de reconocer que nuestra selección de futbol no está ni cerca de ser comparada con la suya, aunque hay que resaltar que no tenemos una tradición futbolística y que apenas desde hace unos diez años es que la afición está creciendo. Le pido que nos dé tiempo, es lo menos que merecemos. También le digo que esos a los que llama “un grupo de gente voluntariosa que se esfuerzan y lo intentan" son NUESTRO equipo (aunque para usted no lo sean) y esos muchachos nos duelen.

Hoy España es la actual campeona de Europa y del mundo, pero recuerde que no siempre fue así, recuerde hasta hace 4 años su único palmarés como selección nacional era la Eurocopa de 1964; y piense que ahora tienen un equipo repleto de estrellas del barça y cuentan con un arquero de primer nivel como lo es Casillas, pero ellos no van a jugar eternamente ¿o sí? Y se lo digo a modo de consejo porque Ud. no sabe en qué momento se va a tener que tragar sus amargas y ponzoñosas palabras.

No le estoy pidiendo que no critique, le pido que lo haga constructivamente. Realice observaciones de las que se puedan aprender algo y no que los lectores se cuestionen su profesionalismo. Utilizar el humor como crítica es algo bastante inteligente (cuando se sabe hacer) sin embargo, si nuestro arquero  parece o no pitufo  gruñón no viene al caso, a menos que Ud. se ofrezca a pagarle la operación cosmética al pobre muchacho. Si quiere destacar que le encajaron dos goles de manera tonta, no ataque su físico que eso no interesa, sino sus habilidades como portero.

Por último señor Cuéllar, estoy perfectamente consciente de que usted  tiene el derecho a opinar libremente, pero recuerde que debe hacerlo en términos de respeto.

Espero que tenga el tiempo y la oportunidad de leer esto, queda de Ud. muy cordialmente

María J. S. Pereira