24 de julio de 2011

Julio me agarró por sorpresa

Lo sé, el título es propicio para una interpretación sugerente y digna de un relato erótico; pero nada más alejado de la realidad. Tenía un montón de ideas para escribir durante todo este mes en el blog sobre discos que me encantaron, libros de los que me enamoré y unos cuantos pensamientos que me parecieron interesantes. Sin embargo, por razones completamente ajenas a mi voluntad (aunque fue culpa mía) tuve que ausentarme durante todo este tiempo. 

La causa de mi abandono fue una muy sencilla cortada en la pierna -o al menos eso creía- porque días después desperté volando de fiebre y con el tobillo derecho completamente inflamado; esa fue mi primera pista de que algo no estaba bien, así que corrí -o mejor dicho- caminé despacio mientras cojeaba al médico para que me mandara un montón de pastillas que me mantendrían más dormida que despierta durante casi tres semanas, que costaron una fortuna y que por un momento me hicieron sentir parte de una élite en la que enfermarse es un privilegio, hasta que recordé que yo-no-tengo-plata por lo que no puedo estar dándome semejantes lujos, así que de ahora en adelante tendré mucho más cuidado al afeitarme. 


Así que ahora me cambiaré a la cera (gracias por existir, Veet) y recargaré las pilas para venir en Agosto con más.

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