12 de febrero de 2012

I love... Una buena elección


Cuando estaba en mis quince muchos de mis amigos hablaban de lo que querían cuando cumplieran los 18 “¿Qué es lo primero que harás cuando seas mayor de edad?” Era la pregunta de moda y parecía tener la misma respuesta: “yo voy a sacarme la licencia”. Sólo una persona contestaba diferente, y era yo; porque con lo que yo soñaba, lo que en verdad deseaba, era votar.


De pequeña nunca me perdí una elección para escoger al delegado del curso, al presidente de la sociedad bolivariana, al capitán del equipo o incluso la reina del salón; así que siempre tuve la idea de que lo primero que haría a los 18 sería inscribirme en el Registro Electoral Permanente, y todavía hoy guardo la planilla con mi firma y mi huella dactilar que me certifica como una electora.

Creo que es por ese deseo de votar, de emitir mis opiniones, de participar en algo tan importante como es un proceso electoral nacional que decidirá el futuro del país, que nunca he podido entender cómo puede haber gente a la que no parece importarle esto. Ir por la calle el día siguiente de una votación sin el meñique derecho teñido de morado debería ser ilegal (y admito que este es un pensamiento algo extremista) pero en lo personal, me daría vergüenza saber que decidí permanecer de brazos cruzados y dejar que otros decidieran por mí.

¿Consentirías que alguien decidiera que vas a comer, vestir, usar, pensar, escribir o decir? ¿Podrías estar por la vida sin expresar tus opiniones? Imagina por un momento que será de ahora en adelante tu vecino quien te escoja la ropa interior (por ejemplo) ¿Te sentirás cómodo con ello? Me arriesgaré a decir que no, no te gustaría. ¿Entonces por qué dejas que sean otros los que tomen las decisiones del país? Eso es vergonzoso.

Amo las elecciones porque considero que son el máximo proceso de inclusión que puede haber. Toda persona mayor de 18 años puede ejercer ese derecho y lo único que necesita para hacerlo es tener su cédula de identidad y estar inscrito en el REP ¿Qué mas puedes pedir?

¡Yo sí me gozo mis elecciones! Gozo buscando e investigando a los candidatos ¿cuál es su tendencia política? ¿Cuáles son las aristas fundamentales de su gestión? ¿Cuáles son sus planes en materia de seguridad, educación, vivienda, economía, alimentación, energía, turismo, entre otros? ¿Qué lo diferencia de los demás? ¿Cuál es su postura ante temas tan controversiales como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la legalización de las drogas? Son preguntas que me acompañan a lo largo de la campaña.

También gozo levantándome bien temprano ese día para saber que los centros de votación están funcionando con normalidad, gozo motivando a mis amigos y familia para que vayan a votar, gozo armando mi playlist para escuchar en el camino o escogiendo el libro que llevaré para pasar el tiempo en la cola, gozo con los comentarios que se escuchan en la calle y me gozo la espera angustiante viendo la baranda del CNE hasta las 3 de la mañana para conocer el resultado final.

Sí, yo amo las elecciones y si quieres a tu país tu también las amarías.

Foto de mi meñique en las últimas elecciones

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