1 de marzo de 2013

28 días después

I believe I can fly...

Imagen tomada de acá

Estoy cansada. Mejor dicho, estoy agotada; física y mentalmente agotada. Tal vez alguien ajeno a la competencia pueda pensar que tomar una foto al día no debe ser muy difícil, pero en estas condiciones sí lo es.


No se trata de tomar tu cámara y fotografiar lo primero que te cruce, sino tener en cuenta la idea de alguien más para convertirla en algo tuyo; todo eso teniendo un límite de tiempo reducido y los compromisos que se nos presentan en la vida, porque el mundo no se va a detener sólo porque tu decidiste comenzar un concurso; y con esto no me estoy quejando, AMÉ la experiencia cada minuto, pero eso no lo hace más fácil.

Hablando hace poco con un amigo que vive en UK, me dijo que las cosas no tenían que hacerse porque eran fáciles sino porque eran difíciles, y hoy no podría estar más de acuerdo. El reto tiene dificultades, porque unas veces se te ocurre una idea perfecta que es imposible de realizar por el momento y otras resulta que tu so called "idea perfecta" resultó ser un chasco en la vida real.

Pero es una experiencia única, que pone a prueba tu creatividad, imaginación, resistencia, dedicación y ánimos, y que como toda experiencia, te enseña cosas valiosísimas. Lo más importante que aprendí es que quiero ganarme el título de fotógrafa.

También aprendí que tengo un genial equipo de Oompa loompas. Aprendí que mi mamá puede convertir una toallita húmeda en un tutú para un pony en 5 minutos, que sus manos son muy buenas transmitiendo mensajes telepáticos y que puede esperarme mientras paseo por el cementerio y me entretengo tomándole fotos a las tumbas. Aprendí también que mi hermano se dejaría convertir en alien por mí, que heredó las manos telepáticas de mi mamá y que puede ser el chofer de todas mis locuras.

Aprendí que mis primas saben aguantar muy bien la risa mientras las fotografío, y que no importa si una de ellas tiene que ser la mutante, igual estará allí cuando la necesite. Aprendí que tu vecina puede ser tu salvadora cuando necesitas fotografiar un cambio climático, y que no importa la distancia para hacer una tormenta de ideas. Aprendí que los Oompa Loopas virtuales son igual de buenos que los físicos, y que mi familia puede sostener linternas por un largo rato para darme la luz que necesito sin quejarse (bueno, quejándose poquito).

#UnaFotoxDiax28Días también me permitió entender mejor a los concursantes de los reality shows como Top Chef y Project Runway. No es fácil sacar de la manga la solución perfecta a cada idea que piden día tras días, y que algunas veces, aún cuando el día haya sido un desastre y tu idea apeste, no significa que no tengas gran talento.

También aprendí que en el reto no hay "concursantes" sino participantes, que no se trata de competir sino de pasar un buen rato y aprender, que no son egoístas y tienen una palabra de aliento cuando estás teniendo un mal día, un comentario positivo cuando tus fotos les gustan y un mensaje de cumpleaños cuando (duh!) estás cumpliendo años.

De ellos aprendí que un 3 en 1 puede ser un helado napolitano o un trío, que los extraterrestres adaptados pueden ser tiernos como el principito o hacerte cambiar al lado oscuro de la fuerza, que un intestino largo bien podría ser un cargador y que musicalizar el reto sólo lo hace más divertido. Aprendí además que los cambios climáticos pueden agarrarte en un avión, que un lujo tercermundista puede tener forma de arepa o de un buen ron, que "el rojo" no sabe en lo que se metió al aplicar esa medida disciplinaria a Maria C, que los humanos somos un gran daño colateral del ambiente y que los mensajes telepáticos pueden expresarse en una oración.

Aprendí que romper la dieta es un tremendo titubeo, que los cables USB son nuestros donantes universales modernos, que un segundo puede significar sufrir en nombre de la belleza o una posición que puedes asumir con orgullo, que uno de los mejores quórums es una caja de colores y que a veces tu papá puede ser el hombre invisible. Igualmente aprendí que una llama eterna te puede dejar ardiendo la boca, que los rollos fotográficos son una especie en extinción, que cada día somos más incapaces de escandalizarnos por crímenes atroces, que las garantías de por vida dependen de cuán alto quieras volar, que un enano gruñón puede ser el más masculino de los ponys y que hasta las grullas mutantes hechas de papel pueden achicopalarse.

Y nada de eso lo hubiera aprendido si no me hubiera apuntado para este reto, así que Gracias Roberto Mata por los favores recibidos y nos vemos en el 2014.

3 comentarios:

  1. Me gustó mucho tu entrada. Tienes razón, con el reto, el aprendizaje viene de todos lados. Yo ya he participado antes pero es la primera vez que publico mis fotos diariamente y es una experiencia completamente nueva. Se vuelve más exigente, generando aún mayor compromiso. Imagino que escribir todo un texto de la foto o buscar una canción, son solo matices que enriquecen la experiencia.
    Hasta el próximo año!

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  2. MJ, pensamos lo mismo! Para mi este concurso es un aprendizaje de vida! Conoces gente a través de sus fotos y experiencias, consigues el apoyo de muchos, que como tú, sufren y se rebuscan para encontrar el tiempo y la idea de la foto! Soy feliz de haber terminado por segundo año consecutivo y darme cuenta de la evolución propia y de muchos que participaron en años anteriores. Me encanta haber agrandado mi lista de amigos fotógrafos y escritores, y espero sigamos todos en contacto y logremos participar en el 2014!
    Exito!

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  3. Pois! Não sei como aqui vim parar mas, com três rostos lindos só posso dizer, viva Venezuela!

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