31 de marzo de 2012

I love... Esperar


En Prison Break, Michael y Lincoln están una vez más a punto de ser capturados por la policía que está acercándose peligrosamente, las posibilidades de escapar son cada vez más nulas, la expectativa aumenta con cada segundo que pasa... De pronto el capítulo va a comerciales y yo, que nunca he fumado en lo que llevo de vida, siento el deseo de encender un cigarro mientras me paseo por la habitación. 


Sí, definitivamente amo la espera, pero es una espera muy particular. Se trata de la emoción que me causan las series que veo y la adrenalina que provoca en mí esperar por ellas. Creo que por eso me parece tan aburrido que haya quien quiera verse una serie en un día y luego dejarlo así ¿Cómo pueden asesinar una historia de esa forma?

La quinta temporada de Dexter está culminando, el noveno capítulo Teenage Wasteland está por terminar, cuando somos testigos de una llamada telefónica que pondrá en peligro los planes de este particular asesino serial, y ahora hay que esperar una semana para saber como continuará. ¿excitante, no es así?

Hay series, como las que he puesto de ejemplo, cuyas tramas me mantienen pegada al asiento durante todo el capítulo, incapaz de moverme o hablar, mientras "rezo" que lleguen pronto los comerciales; en los que me doy cuenta que he estado aguantando la respiración durante todo este tiempo sin saberlo. Es en esos cortos minutos que trato de procesar toda la información que he recibido, tartamudeando y tratando de adivinar qué es lo que pasará ahora. Pero no es suficiente, a mi corazón no le ha dado tiempo de calmarse aún cuando el canal me informa que la serie está a punto de continuar, por lo que entro en ese estado de no-hablar, no-moverme y no-respirar (otra vez).

Amo la espera porque es la que evita que sufra un inminente ataque cardíaco, amo la espera porque hace trabajar a mi cerebro a diez mil kilómetros por segundo, haciéndome preguntas que sólo podría responder si secuestrara a los guionistas y los obligara a contarme lo que va a suceder... Pero nunca haría eso precisamente porque ¡Amo la espera! Me divierto imaginando lo que pasará en el próximo capítulo, me divierto aún más comentando la serie durante una semana entera con mis amigos, revisando los foros y compartiendo impresiones con otros fanáticos como yo. 

Pero mi espera favorita, es la que comienza entre el final de una temporada y el principio de la siguiente. Es allí cuando mi mente se da un verdadero banquete de tortura, recordando los sucesos más impactantes de los episodios, e invadiendo mis noches con sueños de lo que posiblemente pasará en la próxima.

Nunca he sido más consciente de lo mucho que amo la espera sino hasta hace poco, que compré Game of Thrones para saber cual era el alboroto que hacían todos sobre ella. Es así como estuve arrepintiéndome cada segundo que pasaba por no haberla visto antes, teniendo que haber esperado a que saliera cada capítulo, dejando que mi cabecita me torturara imaginando lo que podría pasar, pero sobre todo por no poder saborear cada capítulo de forma correcta, pues me convertí en aquello que desprecio, y ahora siento que maté gran parte del encanto que pudo tener. 

Ver la serie como la vi, es como si de niños hubiéramos celebrado nuestro cumpleaños, el día del niño, navidad, el día de reyes y cualquier otra festividad que involucre regalos al mismo tiempo. ¿qué haríamos el resto del año? Sí, hubiéramos recibido muchos regalos en un solo día pero ¿qué hay de la emoción de la anticipación? esa cuenta regresiva que hacíamos para navidad, o para las vacaciones de carnaval, o para nuestro cumpleaños... Todo eso se habría esfumado. 

Por eso amo la espera. La espera entre capítulos, entre episodios y entre temporadas es lo que me permite prolongar la emoción, estirarla lo más que pueda para seguir disfrutándola; porque seamos sinceros, hay series por las que vale la pena esperar.

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