12 de febrero de 2013

Día 11: Una garantía de por vida

Todos los hombres deben morir

Imagen tomada de acá

La asignación del día 11 me puso a filosofar. Ya sintiéndome mejor de la gripe y estando un 80% recuperada (aun tengo una tos fastidiosa) me dije a mi misma que esta vez tenía que salir de casa "a por la foto".

Pero no fue tan sencillo, ya que come dije me puse a filosofar. Al principio el plan fue muy come flor y dije "voy a fotografiar el amor", pero eso no es realista. Estar enamorado ahora no significa que en 10, 15 o 20 años seguirás con esa persona, y no es por ser pesimista, sino porque las personas cambian y los caminos se separan.

¿Amigos? Claro, pero no tienen que ser los mismos amigos; si fuera así aún hablaría con la niña de preescolar con la que hacía collares de plastilina, o al menos recordaría su nombre. Ahora que lo pienso, tal vez debí tomarle una foto a mi bata de laboratorio y mostrar todos los mensajes de "amigos x 100pre" que me escribieron en 5to año.

¿Familia? Seguro, después de todo la sangre es más espesa que el agua, pero no significa que van a estar allí para ti. Tal vez tu familia y la mía sí, pero no todas las familias. Hay padres que se van, madres que maltratan y hermanos que no se hablan desde hace más de 30 años; compartir carga genética sólo es un vínculo de por vida biológicamente hablando, pero no es una garantía de unión permanente, no en el sentido práctico.

Quería algo que en serio fuera universal. Algo que en verdad nos afectara a TODOS. Algo inevitable. La felicidad no es segura, y tampoco eterna. El amor se acaba, la salud empeora. Mañana puedo tener un accidente, perder mi brazo izquierdo y tener que aprender a escribir con mi mano derecha. O quizá el accidente me deje ciega, afecte mi habla, me deje en cama de por vida o con cicatrices. No lo se. No se que pasará mañana. Y no estoy siendo pesimista. Todos los que me conocen saben que siempre estoy riendo y no hay persona que sea más feliz que yo. Pero como dije, me puse a filosofar.

Lo único seguro que sé que tengo es a mí; pero hay algo que sé que todos tendremos. Mi mamá siempre dice que lo único seguro en esta vida es la muerte, y allí estaba mi respuesta. Todos vamos a morir. Y ya sea que creas en la vida eterna, el Valhalla, que pasas a otro plano o que reencarnas, no serás el mismo, ni estarás presente en la misma forma. Y más que morir, tarde o temprano seremos olvidados porque todos los que conocemos y amamos también morirán, y no he visto la primera persona que visite la tumba de su tatara-tatara-tatarabuelo.

Dí un paseo por el cementerio viejo de la ciudad, saqué un montón de fotografías geniales y entre ellas ésta, que fue la que me encantó para el reto del día, porque representa exactamente lo que quería, muerte y olvido. Así que esa es mi garantía de por vida (o de por muerte), después de todo no hay nada más seguro y definitivo que ella.

Día 11: Una garantía de por vida

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