15 de febrero de 2013

Día 13: Un muro de Berlín

Esto es todo... me rindo

Imagen tomada de acá

Esta es sin duda la asignación más difícil que me ha tocado (y espero que por favor ninguna de las que queda intente superarla). Ver a las 8:00pm cuál era la tarea correspondiente al siguiente día tuvo un efecto mágico en mi cerebro, pues leerla hizo que toda mi creatividad e imaginación se escondieran y mimente quedó en blanco.

Cuando me levanté el 13 de febrero aún no sabía qué quería fotografiar y por un momento deseé vivir en Berlín para tomar una foto del disco de Pink Floyd que ilustra esta entrada frente a la Puerta de Brandenburgo ¿Se puede ser más cliché?

Ya que un viaje express a tierras germanas no estaba entre mis planes -y mucho menos en mi presupuesto- decidí por pensar en algo que fuera posible de realizar. Fue la primera vez que utilicé un estado en facebook para preguntar abiertamente por sugerencias (así de desesperada estaba) pero el resultado no fue el esperado; ya que me dijeron que fotografiara un muro que tuviera bastantes graffitis, y no es que esté mala, el problema es que todos estaban haciendo lo mismo y quería algo más out of the box. El chistoso de mi hermano me dijo que consiguiera una foto de la selección nacional de fútbol de Alemania, pero no me veía fotografiando el monitor para conseguir el reto.

Pasado el mediodía se me ocurrió que en la casa hay un muro de Berlín, pero para caninos. Resulta que tengo cinco perritas (sí, leíste bien) y de ellas, dos viven adentro: Muñeca y Sofía. El problema es que ambas tienen alergia a estar limpias, razón por la cual luego de bañarlas hay que colocar una barricada en la puerta trasera para que no salgan al patio a revolcarse en la tierra. Fue así como encontré la idea para la foto.

Se me ocurrió entonces que podría "venezolanizar" el muro y pensé en lo que habría en él si en vez de dividir Berlín, estuviera en Caracas. Imprimí un montón de afiches de campaña, incluso de Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera e Irene Saenz, los manché con café para que se vieran viejos y los pegué con pegamento de papel tapiz, busqué también unos de Chávez y Capriles para hacerlo un poco más actual. Escribí unas consignas en graffiti como "Basta de Balas", "Stop Kony", "Con Chávez manda el pueblo", "Hay un Camino" y "No más violencia" e incluso hice un mural con los colores de la bandera venezolana.

Eso me llevó toda la tarde, y cuando al fin terminé mis perritas no se quedaban quietas, tumbaban las tablas (que hacían un sonido espantoso) y corrían asustadas a esconderse. Como no quería asustarlas de por vida decidí no hacerlas sufrir más, el problema es que el "muro" no se explicaba si no estaban ellas y en ese momento ya eran más de las 8:00pm.

Guardé todo en su sitio, y me encontré con la asignación del día siguiente, pero pasé de largo porque aún me faltaba esta. Estaba viendo las fotos de otros participantes, noté que casi todos se habían ido por lo literal, fotografiando paredes o herramientas para derrumbarlas y se me prendió el foco. No quería fotografiar otro muro, pero pensé en otra clase de barrera que erigimos ante el mundo, porque si los ojos son la ventana del alma, esconderlos vendría ser nuestro muro de Berlín personal.

Día 13: Un muro de Berlín

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