28 de febrero de 2013

Día 27: Una pelusa

@#&%$#"!°$%*& ¡EL CONCURSO DE MONTBLANC!

Imagen tomada de acá

Este prometía ser un día tranquilo, un día en el que podía trabajar con calma el desafío asignado, hasta dar con algo que me encantara. El problema es que me acordé de una de las razones por las que amo febrero. 

Holy crap on a cracker! Esa fue más o menos mi expresión cuando me acordé que existía algo llamado "Concurso Cartas de amor" al que amo con locura, y que en el espíritu de decir Sí a lo que me gusta, este año decidí participar.

El problema es que con toda la emoción y euforia causada por esta loca aventura del reto de Roberto Mata, me había olvidado por completo de lo importante que era para mi participar. Afortunadamente aún estaba a tiempo de enviar la carta, sin embargo tenía sólo horas para escribirla y mi plan de un día tranquilo para desarrollar la asignación 27, se había ido por la borda.

Después de incontables tachones en el papel, pensé que tenía la carta que quería; esto hasta que me dio la loquera y boté todo para empezar algo muy diferente. Lo leí, releí y volví a leer, cambié comas, acentos, palabras, frases y párrafos hasta que quedé "contenta" con el resultado, y después de eso seguí leyendo una y otra vez, quitando, cambiando o agregando cosas hasta que quedé con la carta que quería.

La buena noticia es que pude enviar la carta a tiempo, la mala es que no tenía idea de lo que quería fotografiar como mi pelusa. No tenía mucho tiempo (ni luz) para pensar en algo extraordinario y cuando vi a mi hermano en su cama tratando de quitar con una afeitadora unas pelusas que tenía en la manga de una camisa, supe que ese era el momento. El invento de la hojilla no le funcionó, pero al menos obtuve la foto.

Día 27: Una pelusa

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